
Colón, 17 de agosto de 1962
Viernes: 9 p.m.
Sra. Ela La Rosa
La Habana
Inolvidable mami:
Hoy a las 9 de la mañana recibí tu carta, ¡qué demora! Yo todos los días la esperaba hasta que al fin hoy pude tener esa alegría. […] Me puse loca de contenta cuando la leí, por cierto que estaba durmiendo todavía, me doy una vida igual que de soltera. […] Ahora mismo terminamos de comer, o mejor dicho, de tomar chocolate con galletas, porque estamos muy gordos y queremos conservar la línea.
La comida aquí está regular, lo que no viene nunca es vianda, o si acaso papa o calabaza, pero plátano hace un año que no viene. Todavía nos queda un pedazo de carne, pues esta vez no se demoró tanto, y medio pollo de la semana pasada. Se me hizo la boca agua con la carne, pues hace mucho tiempo que no la como, pero no importa, porque cuando vayamos la comeremos.
No te puedes imaginar como me gusta la compra que hiciste, lo que siento que te habrás gastado muchos pesos que a lo mejor después te hacen falta. La tela de la camisa se ve preciosa a Eve le encantó, la verdad es que él es muy conforme en ese sentido pues todas le gustan, pero dice que esa está muy fina. Si tú quieres haz la de los muchachos y después me das la que sobre, o si no espera por mi. La colonia también le encantó y a mi, pero dice que le da pena que inviertas dinero sin poder; y el sobrecito me arrebata pues yo ya tenía las esperanzas perdidas y me hace mucha falta, lo que no me dices si es de piel como el de Hortensia. […]
[…] Lo único que me tiene triste es que no tengo esperanzas de ir porque todavía no me han avisado de aquí del Sindicato y ya ahorita se acaba el mes, y si me la dan en septiembre no me gusta. Yo pienso que si la otra no se dio, está tampoco porque todo lo que hacen esta gente es fastidiar y proporcionarnos disgustos. Figúrate que nosotros queríamos ir este fin de semana y no podemos porque no le alquilan hotel a nadie que vaya por cuenta propia, aunque estén vacíos, así que el que quiera ir tiene que bañarse y no se puede ni cambiar de ropa, y así nosotros no queremos ir porque es imposible. Si por una casualidad me avisan para pasarnos la semana, yo les avisaré enseguida. […]
En estos días, o sea, desde que vine de allá, estamos como novios, quiero decirte porque no hemos tenido ni un sí ni un no, como dice la gente. Hoy Eve no trabajó y nos hemos pasado el día juntos: una vida de película. […]
Bueno mami, ahí te mando cinco pesos […] para que me compres una lata de Kresto o cualquier chocolate (el más barato) y con lo que sobra, unas cuantas latas de puré de tomate que aquí no hay. Si no encuentras nada, cójelos por la cuenta que te debo. […]
No te escribo más porque vas a estar leyendo tres horas. Contéstame pronto y no te preocupes por nosotros que estamos bien gordos. Muchos besitos para ti y Elio y demás hermanos. No los olvida y los quiere mucho Dalia.